El jamón es uno de nuestros productos estrella y por el que turistas de todo el mundo no se marchan sin probarlo. A pesar de haber traspasado fronteras, el jamón en España sabe mucho mejor. Y es que somos muchos los que no podemos resistirnos a comenzar con un buen plato de jamón.
El jamón no es más que una pierna de cerdo cocinada con sal y tiempo, pero solo el cerdo blanco y el ibérico pueden utilizarse para hacer jamón. Los diferentes tipos dependen de la raza del cerdo y de su alimentación. Así podemos distinguir:
- Jamón ibérico. Cerdo cuya madre es 100% ibérica y está inscrita en el libro genealógico de la raza porcina ibérica. Puede tener diferentes porcentajes que van entre el 50%, el 75% y el 100% de pureza. Dentro del jamón ibérico se distingue entre:
– Jamón ibérico de bellota. Solo se alimenta con bellotas; el resto lo hace con pienso.
– Jamón de bellota 100% ibérico. Cerdos de raza 100% ibérica que solo comen bellotas.
– Jamón de bellota ibérico. Cerdos que no son de raza ibérica pura pero que solo se alimentan con bellotas.
– Jamón de cebo de campo ibérico. Criados en la dehesa y alimentados con hierba y piensos.
– Jamón de cebo ibérico. Criados en un cebadero y alimentados sólo con pienso.
- Jamón serrano. Este se distingue únicamente por su raza, por ser cerdo blanco, de pezuña blanca.
Sobre él se dicen muchas cosas, buenas y malas; aunque parece que más negativas que positivas, lo cierto es que un buen plato de jamón sienta de maravilla.
Mitos y verdades: Curiosidades Del jamón y sus valores nutricionales
– El jamón ibérico de bellota es el más saludable ya que presenta grasa buena para el colesterol.
– El 90% de jamón que se comercializa procede de cerdos de raza blanca, lo que llamamos jamón serrano.
– Según la Asociación Nacional de Industrias de la Carne (ANICE), el jamón es una fuente de proteínas de alto valor biológico, que también aporta minerales y vitaminas indispensables para nuestro organismo, con un perfil lipídico equilibrado y moderado en calorías.
– Otra de las curiosidades del jamón más sorprendente es que su consumo reduce nuestros niveles de ansiedad y estrés por su alto contenido en vitamina B1 (Tiamina).
– El jamón puede formar parte de una dieta sana y equilibrada; es de fácil digestión.
– Los niños también pueden y deben beneficiarse de todos sus beneficios, siempre que su consumo sea moderado.
– En cuanto a su conservación, nunca lo congeles ni lo cuelgues como hacen en algunos restaurantes, ya que es muy probable que se estropee.
– Tampoco es imprescindible que lo tapes con su propia grasa; una de las curiosidades del jamón que seguro no conocías.
– La mejor forma de saborearlo en su plenitud es acompañarlo con agua; olvida el vino tinto, la cerveza o cualquier otro refresco que pueda modificar su sabor original.
– Presta atención a la etiqueta. Esta te revelará si es jamón o paletilla (patas delanteras del cerdo), la raza y su porcentaje, así como otros aditivos añadidos. Recuerda escoger siempre el que menos cosas lleve, además de carne de cerdo curada.
Nuestro paladar será el encargado de establecer cuál es el mejor jamón. Todos los tipos anteriormente descritos están buenos, según el gusto personal de cada uno y también si se tomará solo o como parte de una receta concreta. Lo que sí está claro, es que el jamón es un imprescindible de nuestra gastronomía y de nuestra mesa en cualquier época del año.